El otro día comentábamos con otros entrenadores, la dificultad que tienen algunas jugadoras para aprender, y los métodos que podemos utilizar para ayudarlas a mejorar esa capacidad de aprendizaje.
Una de las conclusiones fue, que la jugadora debe experimentar y probar maneras distintas de hacer las cosas. Algunas veces tendrán éxito y en otras fracasarán, pero lo importante es el aprendizaje del proceso.
Desde el que querer cambiar al cambio en la adquisición de un elemento de aprendizaje hay: una inversión de tiempo, una zona de confort y una zona de aprendizaje.
Requisitos:
1. Querer cambiar: no podemos obligar a nadie a cambiar, la jugadora necesita que se le dé la oportunidad de elegir cómo cambiar.
2. ¿ Qué necesita el cambio ? y ¿ qué implicaciones tienen que cambiar ?.
3. Si uno se limita a dar órdenes, no hay intercambio.
4. Necesitamos el compromiso de llegar hasta el final.
5. Zona de aprendizaje: es un lugar incómodo, desconocido, con miedo al error y amenazante respecto al carácter de la jugadora.
6. El entrenador debe ayudar a la jugadora a gestionar el temor y la ansiedad.
Es muy importante que verifiquemos con frecuencia y regularidad que lo que hacemos funciona, y que nos ayude a identificar oportunidades de mejora, lo que nos permitirá crear una cultura de aprendizaje.
Una cultura que nos permitirá: aumentar el rendimiento, aumentar el desarrollo personal, valorar el trabajo que realiza la jugadora desde su implicación, innovar ( fomentando sugerencias por parte de la jugadora ), y mejorar el conocimiento.
” El rendimiento, el aprendizaje y el placer están intrínsicamente relacionados “.
