Wax On – Wax Off
Durante el pasado verano tuve la oportunidad de compartir diferentes experiencias con jugador@s y entrenador@s que están trabajando principalmente el en baloncesto formativo.
Mis conclusiones:
1.- Los jugador@s quieren mejorar. Muy importante.
2.- Convencidísimo que pueden, porque quieren. Se puede mejorar técnicamente, tácticamente, emocionalmente y físicamente. Habrá algun@s que tendrán más capacidad para mejorar en una de las áreas que en otra. Pero, ¿los entrenadores estamos capacitados para desarrollarlas?
3.- Jugador@s que juegan poco o muy poco, entre 6-10 minutos por partido, cuando juegan.
Los entrenadores valoran los logros antes que el esfuerzo del jugador/a, en general falta justicia deportiva.
4.- Entrenadores que no relacionan las conductas en los entrenamientos con la consecuencia de jugar en los partidos. Por lo que, asistir y esforzarse al máximo nivel en el entrenamiento, no se relaciona con el jugar más o menos minutos en un partido.
5.- Jugador@s que están muchas horas jugando a baloncesto: campus, 3×3, trabajo individualizado, etc. Normalmente son los que quieren y los que pueden mejorar en todas las áreas del
aprendizaje. Realizan servicios extra.
6.- Jugador@s que están de 3 a 4 meses sin hacer nada de baloncesto y, después, quieren jugar a alto novel. Éstos son los que se quejan cuando en entran en los equipos que ellos consideran que tienen que estar. Hacen servicios mínimos.
7.- Jugador@s con gran capacidad creativa en el juego. No las pueden desarrollar debido a que se sienten coaccionados por parte de su entrenador.
8.- Los entrenador@s tienen que hacer lo que dicen.
9.- ¿Los jugador@s se divierten, aprenden, esfuerzan, están a gusto en los entrenamientos?
10.- Fomentando la autoconfianza de los jugador@s, conseguiremos aumentar la motivación de los jugador@s por el entrenamiento.
“Uno tiene que proyectarse en los sueños, uno tiene que ser un poco loco, porque sino no hay creatividad en la vida y en el juego”