” El respeto mutuo es esencial en el deporte.Ganar es difícil, incontrolable y volátil en entornos irrespetuosos “.
Cada vez más estamos viendo situaciones de una falta de respeto de los entrenadores hacia los jugadores y a la inversa.
Estamos entrando en una espiral peligrosa en las relaciones entre los entrenadores y jugadores, dejaremos para otro día, a los padres.
Una sociedad sana debe sustentarse en unos principios y valores que ayuden a la mejora diaria en todos los ámbitos de la vida.
Lo que está creciendo en la sociedad es una falta de valores y principios que nos ayuden a ser mejores personas, y por lo tanto, seremos mejores profesionales.
El deporte es un reflejo de lo que está pasando en el día a día de las personas: padres, jugadores y entrenadores.
Entiendo que uno de los valores que son fundamentales en la relación jugador y entrenador, es el respeto.
Cuando un jugador es tratado sin respeto, normalmente su respuesta está basada con el resentimiento y resistencia al trabajo.
Hay entrenadores que creen ganarse el respeto de sus jugadores con: abrazos, diciéndoles lo bien que lo hacen, no corrigiendo errores, dejando pasar actitudes inaceptables y así haríamos un listado mayor.
El respeto se gana con la meticulosidad en los entrenamientos, atención a los detalles, otorgando una libertad creativa en el juego, orientando al jugador en su mejora individual y especialmente, ayudándolo.
Porque hay una línea muy fina que separa el ser respetado por un jugador, a del ser colega.
Desde la honestidad, imparcialidad, claridad, coherencia con los jugadores, nos llevará a la confianza, y cuando hay confianza conseguiremos una buena comunicación, respeto y buena educación.
Tener claro que el respeto por los demás comienza por el respeto por uno mismo; y debemos respetar a los demás como uno quiere que se le respete.