Cuando queremos desarrollar un trabajo formativo con una jugadora y poder realizarlo desde una base más sólida es necesario saber: qué piensa la jugadora, los objetivos que tiene y cómo piensa conseguirlos.
Es necesario la comunicación verbal con ella para saber: ¿ qué dice y hace la jugadora ?.
Hace unos cuantos años entrené a un equipo junior femenino, al finalizar la temporada hicimos una reunión para evaluar y valorar el trabajo realizado por parte de las jugadoras y los entrenadores.
Una de las jugadoras dijo todo lo que pensaba, y me quedé sorprendido por su exposición clara y concisa, en la cual, recibí algún palo.
En el primer momento, interiormente me molestó, pero después de unos días de reflexión, llegué a la conclusión que tenía toda la razón del mundo.
Estuve una temporada suponiendo lo que pensaban las jugadoras pero sin saber realmente lo que pensaban, y por lo tanto, evaluaba su comportamiento por lo que suponía que pensaban ellas.
Aprendí, que debemos comunicarnos con ellas para después poder evaluar, que no criticar sus aptitudes, actitudes y comportamientos.
Saber qué objetivos tienen, ya que estos son los que mueven la conducta que tendrán en el día a día.Es evidente, que no todas llegarán a tener el mismo objetivo, por lo cual, sus conductas serán diferentes.
A partir de aquí, nos será más sencillo observar si las conductas para conseguir sus objetivos se corresponden con lo que dicen.
No tenemos que obligarlas, ellas deben decidir lo que quieren ser y hacer, porque lo que es transcendente no es tanto el ganar o perder, sino el camino que eligen y las razones por las cuales lo eligen.
Es un error focalizarlo todo en el marcador, ya que lo que una aprende no tan tangible como el resultado, pero resultará mucho más valioso porque es parte del futuro.
Así pues, nos encontramos con jugadoras: que hacen lo que dicen y otras que dicen pero no hacen.Se trata que las palabras tengan un contenido.
