” Nunca subestimes el poder de unas pocas personas comprometidas en cambiar el mundo.De hecho, es lo único que lo ha logrado”. Margaret Mead
Desde que tengo uso de razón, siempre me he sentido atraído por el juego atrevido y divertido, por las personas que se aventuren en lo nuevo, los cuales se topan con muchas resistencias, les llamarán idealistas o locos.
Entiendo el entrenamiento y la competición como un proceso para preparar a los jugadores/personas, para que mejoren, y desterrar que lo más importante es ganar o perder.A todos, nos gusta ganar y a nadie perder, pero el cómo ganas o pierdes, es lo que realmente tiene valor, no todo vale.
Se tiende con frecuencia a poner en tela de juicio las nuevas ideas, el juego atrevido, valiente, en el que lo transcendental es el jugador, y no el sistema de turno determinado por el entrenador, me aburren los entrenadores que solo piensan en ellos, y que nadie se engañe, se ve en el juego de su equipo, por lo tanto, en la involución de sus jugadores.
Lo importante es tener un ideario personal que hable de lo que somos y de por qué luchamos, ya que si no luchamos por algo nos dejaremos vencer por todo.
Siempre he creído, en ayudar a que los jugadores puedan llegar a lo mejor que puedan ser, o que sean capaces de llegar a ser.Para que los jugadores crezcan y maduren hay que poner mucho cuidado en alimentarlos y desarrollarlos, sabiendo cuáles son sus necesidades técnicas, físicas y psicológicas.
Los idealistas o locos que creemos en el proceso del saber hacer, para que los jugadores aprendan a jugar un buen baloncesto.Hay entrenadores que pueden saber pero no saben hacer.
Los jugadores para mejorar han de aprender, y para aprender hacen falta entrenadores que sepan enseñar, quiero entrenadores que sean como los agricultores.
El agricultor para cultivar la tierra requiere de autodisciplina y anticipación, lo que le permitirá conservar las semillas de la cosecha presente para obtener la comida del año que viene.
Pero ¿ y cuánto hay que esperar para ver el fruto ?.Mi respuesta es clara y concisa: el fruto llega solo cuando está a punto, y en muchas ocasiones no lo recoge uno mismo, sino que hay otra persona que lo hará.
En un artículo que leí sobre un estudio sociológico, realizado a personas mayores de 90 años.Les preguntaban: si volvieran hacia atrás, ¿ qué es lo que harían de forma diferente ?.La mayoría respondió: tomaría más riesgos, reflexionaría más y haría más cosas.
I’M AFRAID TO JUMP: JUMP !!!