En un mundo de cambios constantes, disrupción, incertidumbre, cada vez hay más gente que necesita una pauta que le sirva para crecer: la exigencia.
Estoy convencido que el nivel de exigencia que tenemos en la actualidad, no tiene nada que ver con la de unas décadas anteriores, es muy inferior.
Entiendo que para intentar elevar constantemente el nivel de exigencia debemos preguntarnos nosotros ; por qué hay que hacer, cómo hacerlo y qué hacer.
Cuando exigimos tengo la percepción que se está convirtiendo en una ofensa para la persona a la cual te diriges. como a su entorno familiar.
Las personas debemos trabajar para no permitir que nos inunde la mediocridad.Trabajar desde el compromiso, responsabilidad, valentía, integridad, esfuerzo, igualdad y conciencia.
Necesitamos de exigencia para ayudar a que el jugador tenga más seguridad en uno mismo, para que tenga su propia capacidad de decisión, aumente su potencial y motivación.
Entiendo que la exigencia capacita y no limita, como hay algunos ámbitos sociales que entienden lo contrario.
El entrenador debe tener: la dureza como fin, querer el bien del jugador; conseguir la autoexigencia del jugador a través de la exigencia del entrenador; conseguir que el jugador tenga un sentido de autocrítica; no tener excusas; ayudar a fortalecer el carácter del jugador y entender que la dificultad ayuda a forjar el carácter.
Si queremos cambiar un comportamiento debemos cambiar el marco de referencia del sistema o entorno donde el sistema está establecido.
Si no transgredimos el marco de referencia, el jugador tiende a ahorrar energía y no actúa.Por consiguiente, a distintos marcos de referencia distintas acciones.
Desde la exigencia el jugador verá que la seguridad en uno mismo no depende de la estima de los demás !!!