” La genética natural no se puede cambiar, la cantidad de esfuerzo, sí “.
Xavier Sala i Martín
En el proceso de formación de una jugadora, es determinante: lo que la rodea y a los problemas que se enfrenta en el día a día, por lo tanto, no estaría de más que nos preguntásemos a la hora de planificar el trabajo formativo: ¿ Qué ve la jugadora ?.
Saber cuál es su entorno: familia, amigos, compañeras , el club, entrenadores y otros equipos, influirá en su control cognitivo, el cual, determina la capacidad de autogestionarse, de autoconvencerse que el esfuerzo y trabajar es importante y siempre resulta beneficioso.
Los entrenadores podemos tener una incidencia muy grande en el desarrollo personal de una jugadora, somos una parte de lo que ve la jugadora.
Debemos crear una disciplina para entrenar, construida desde el esfuerzo, la perseverancia, la insistencia y la meritocracia.Nuestro gran mérito será que la ayudemos a crecer como persona-jugadora, en demasiadas ocasiones nos olvidamos de que las jugadoras son personas.
Si ella ve que todo lo que decimos y hacemos conlleva una recompensa, la estaremos ayudando en su control cognitivo, verá que el esfuerzo y el trabajo, vale la pena.
La evolución de una jugadora nos lleva por un proceso muy personal, único.Por lo tanto, no podemos obligar a alguien a hacerlo, no se puede forzar la conciencia, pero sí que podemos crear un entorno deportivo que ayude a que se adopten comportamientos constructivos, basado en valores y principios.
Fomentar un entorno, en el que la jugadora vea, que se construye sobre sus fortalezas, y no poner el foco en las carencias, en las cosas que no funcionan.
Que aprenda a convertirse en la expresión más auténtica de ella misma, necesitamos preguntarnos: ¿ Qué ve la jugadora ?
I’M AFRAID TO JUMP: JUMP !!!
