Un año más, un mes de julio y mitad de agosto de un aprendizaje contínuo, de un enriquecimiento brutal: como persona y entrenador.
Convivir con personas (entrenadores y jugador@s) que te llevan a la reflexión contínua, a partir del buen uso de la palabra; desde la máxima expresión de la sinceridad, del análisis… ser un buen escuchador.
Me gusta: la palabra, entendida como reflexión, no a la gente que no habla sino que verborrea.
Me gusta: oír a los entrenadores, especialmente a los que tienen mucha experiencia, que no quiere decir a los que hayan entrenado siempre al máximo nivel.
Me gusta: oír a los jugador@s, en especial a los que tienen menos experiencia. Entiendo que son más sinceros, dicen lo que piensan, tienen menos miedos…
Me gusta: saber el por qué de las cosas, entiendo que hay mucha causalidad y muy poca casualidad.
Me gusta: oir a los entrenadores y jugador@s; el cómo se trabaja, de los hechos.
Me gusta: oir la capacidad que tienen algunos entrenadores para detectar problemas, solucionarlos y ponerlos en práctica.
Me gusta: oir las necesidades que tienen los jugador@s.
Me gusta: oir a los entrenadores que ayudan (cada vez menos) en la formación personal de sus jugador@s. Adquirir una buena mentalidad, responsabilidad, respeto, cooperar, trabajar, esforzarse…
Me gusta: oir a los entrenadores que dirigen y educan personas.
El poder de la palabra es enorme tanto para generar ilusión, como para destruir emocionalmente.
Sino escuchamos, ¿cómo vamos aprender y mejorar?
I’M AFRAID TO JUMP: JUMP !!!