¿ Transformar o gestionar ?.Hablando con un amigo, me comentaba que hay dos tipos de entrenadores: los que transforman y los que gestionan.
Una cultura transformadora, lo que la hace especial es la aceptación de que habrá problemas, muchos de ellos ocultos, que no será fácil el camino para formar jugadores, y que si topamos con ellos, trabajaremos con todas nuestras energías para resolverlos.
Esta es una gran motivación y hace sentir al entrenador que tiene una misión: transformar.
El entrenador que es transformador, en lugar de limitarse a emplear los métodos existentes se inventa los suyos propios.
Cuando transformamos se genera una tensión entre la aportación creativa del entrenador y el rendimiento del grupo, lo cual, es una dinámica que existe en todos los entornos creativos.
La creación de un entorno que fomente la creatividad y la resolución de problemas, así como crear que sea fértil, mantenerlo saludable y vigilar aquellas cosas que lo debilitan.
El trabajo transformador no solo se percibe movimiento sino también intención, por decirlo de otra manera, emoción.
Estimular el desarrollo, confiar en el proceso, aunque sea inevitable que surjan dificultades y pasos en falso durante una iniciativa creativa.
Un día mi padre me dijo: ” solo cuando admitas lo que desconoces podrás confiar en aprenderlo “.
El transformar requiere de una comunicación sin cortapisas, con independencia de la posición que tenga un entrenador dentro de una estructura.
Debemos imbuir en los jugadores unas metas, para luego organizarlos y empujarlos a la consecución de ese fin.
El entrenador transformador posee un gran empuje, incluso inagotable, una manera de hacer que lleva al jugador a extremos con los que no cuenta, y eso por sí solo tiene mucho valor.
Necesitamos más entrenadores transformadores y no tantos gestores.
Entrenadores que estimulen la autonomía, el riesgo, la innovación, ya que siempre hay una reacción frente al progreso: la resistencia humana al cambio.