La gran mayoría de los entrenadores tenemos la costumbre de trabajar incidiendo en el desarrollo grupal de los jugadores de nuestro equipo, es decir, realizamos un trabajo de las mismas características para todos los componentes del conjunto.
Como es lógico en clubes donde la capacidad de incorporar jugadores no es la norma, por lo tanto, se tiene que trabajar con lo que tenemos y, por tanto, las desigualdades a nivel técnico de los componentes puede ser muy variable.
No cabe duda, que a partir del entrenamiento tenemos que ser capaces de trabajar sobre la mejora de las diferentes capacidades técnicas, cognitivas, físicas y psicológicas de los jugadores. En el desarrollo de este trabajo nos encontramos con jugadores que tienen más o menos capacidad para asimilar la información que les damos, influyendo en la ejecución de los gestos técnicos y en el desarrollo de sus conductas.
Si trabajamos sobre los objetivos claros y concisos de las necesidades que tiene un determinado jugador, conseguiremos que no se produzca un estancamiento en el aprendizaje, por lo tanto, sería necesario trabajar en lo que necesita mejorar el jugador, repercutiendo en el grupo.
Habrá jugadores que necesitarán trabajar sobre la adquisición de un determinado gesto, otros que deberán perfeccionarlo. Si todos hacen lo mismo, por parte del jugador: ¿tendremos la misma atención?, ¿tendremos la misma motivación?
No se trata de crear, el grupo de los “buenos” y los ” no tan buenos”, sino trabajar para la mejora individual.
En el futuro recogeremos lo que trabajemos en el presente.
I’M AFRAID TO JUMP: JUMP!!!