” Ya no tenemos que “esperar” nada, sino que hacemos lo que hay que hacer “.
Hace unos días estaba hablando con un amigo, sobre una coyuntura no prevista que tenía en su equipo.
Comentábamos qué se puede hacer cuando se dan este tipo de situaciones, al final, llegamos a la conclusión, que cuando dejamos esperar que una situación desfavorable en la que estamos inmersos se resuelva por sí sola: el jugador que no dispone de los minutos que cree; el jugador al no le entran los tiros; el entrenador que no gana partidos; el entrenador que no consigue el aprendizaje que espera de sus jugadores…Es el momento de empezar a trabajar para resolverla, y no esperar a que un tercero la resuelva, o no hacer nada.
Es importante aceptar tus límites, lo cual, significa que podemos mejorar con los métodos adecuados y esforzándonos un poco más.
Centrarse en lo que podemos realizar y cuando ya no necesitamos convencernos a nosotros mismos de que haremos todas las cosas que creemos que podemos hacer.
Entonces entenderemos que debemos centrarnos en unas pocas cosas que realmente valgan la pena.
Esperar a que una situación desfavorable, se solucione por parte de un tercero, nos estamos cerrando aprendizaje.
Porque cuando estamos abiertos a enfrentarnos a la realidad de las cosas: aprendemos.
Cuando aprendamos que hay cosas que son imposibles, a continuación debemos empezar a trabajar en todo lo bueno que sí es posible.
¿ Podemos variar y cambiar estructuras, equipos, personas, prácticas, procesos y culturas organizacionales que hasta hoy ” han sido así ” y ” se han hecho así “, pero que sabemos que podrían funcionar con más fluidez ?.
No es posible cambiar nada desde el ” esperar “.Para cambiar algo, debemos construir un modelo diferente que deje obsoleto al modelo actual.
En ocasiones, debemos poner en cuestión lo que hasta el día de hoy se daba por descontado: y no esperar !!!.