Cuando estudiaba el antiguo COU, la última clase de la semana, era los viernes de 12.30 a 13.30, en concreto: filosofía.
La motivación que teníamos la gran mayoría de alumnos para estar atentos durante la clase de filosofía, no era muy alta, por no decir, casi nula.El profesor tuvo la capacidad de ver cuál era la evolución de su clase, respecto a la materia que se tenía que impartir, tenía que cambiar para provocar el cambio en nosotros, conseguir captar nuestra atención, lo más fácil, por su parte, hubiera sido impartir la materia sin la atención de sus alumnos, para cumplir el expediente.
Se trataba de estimular a los alumnos, para captar su atención y llevarnos a impartir la clase sobre el filósofo correspondiente: lo consiguió y aún más por lo respecta a mí, me sedujo la filosofía.
La falta de estímulos en los jugador@s puede hacer perder el deseo de progresar, el entrenador tiene que llamar la atención para captar la motivación de los jugador@s .No debemos olvidar que no hay atencíón sin motivación.
El problema del aburrimiento, existe, por lo tanto, los entrenadores debemos ser las vías para que los jugador@s pueden plasmar en la pista el deseo de progresar.Debemos de tener la capacidad de estar contínuamente pensando e innovando, especialmente en el inicio de los entrenamientos, ya sea de manera oral o visual.
A partir de aquí podemos conseguir la necesaria y básica retroalimentación de entrenadores y jugadores.Los jugadores trabajan duro de buen grado, están atentos porque hay motivación, y ésta lleva a la diversión.El gran reto es que el jugad@r aprenda jugando y divirtiéndose..
” La única forma de convertirse en un buen lanzador es lanzando.Tenemos que recordar, sin embargo, que sin determinación, deseo, voluntad de progreso y un buen trabajo ético.Un deportista tiene que querer hacerlo.” JERRY LYNCH