El nivel técnico de los jugadores es cada vez inferior al de hace unos años.Hay excesiva ciencia por parte de la gran mayoría de entrenadores, yo soy de los del arte antes que la ciencia, aunque, debemos buscar el equilibrio entre arte y ciencia.
Entrenar a los jugadores para conseguir equilibrar la razón y emoción, la complejidad y sencillez, la reflexión de la espontaneidad.
El arte va siempre antes que la ciencia, sino construimos robots para dirigirlos con un mando a distancia.
Uno de los retos es que el jugador confíe en su instinto, su espontaneidad, perspicacia e imaginación.
Cuando se obliga al jugador a tomar decisiones únicamente con la parte racional del cerebro, normalmente, son decisiones que son lentas, tardan en tomarse, y con frecuencia son de una calidad menor que las intuitivas.
Cuanto más tiempo dedica un jugador a ejecutar una respuesta a cualquier acción del juego, mayor es el riesgo que sea errónea, debido a la duda que pueda generarse de tanto análisis.
Necesitamos jugadores que generen emoción, si sólo entrenamos al jugador desde la absoluta racionalidad, será complicado generar emoción en lo que hace.
El entrenador debe ser el maestro del jugador: ” En realidad, el folio en blanco no existe.Un artista tiene un pasado, unas influencias, un maestro “.
Personalmente, no comparto algunos entornos donde hay demasiados entrenadores que trabajan desde la ciencia.
Necesitamos crear entornos en los que sean imprescindibles: la libertad del jugador, la presión al entrenador y jugador, qua haya riesgo y tiempo para desarrollar el trabajo.
Si queremos jugadores creativos, es necesario crear una riqueza previa de fundamentos ofensivos y defensivos, para que después tengan capacidad para decidir.
Hay demasiada impaciencia cuando estamos enseñando, y por parte del jugador cuando está aprendiendo.
Entrenadores que coartan la libertad del jugador, buscando su seguridad personal: ganar partidos como sea.
Arte y ciencia !!!
